28.03.2022

El 90% de las personas con síndrome de Down desarrollan síntomas de alzhéimer a partir de los 60 años

El síndrome de Down es la discapacidad intelectual más frecuente y la primera causa de alteración genética humana. Se define por la presencia de copia extra del cromosoma 21, teniendo tres en vez de dos copias de este.

En las últimas tres décadas, la esperanza de vida en las personas con discapacidad intelectual ha aumentado notablemente, llegando a vivir casi 30 años más de la media en el caso de las personas con síndrome de Down. Esto lleva a atender los nuevos procesos de dependencia que experimentan, ya que cada vez hay más personas con síndrome de Down con un alto nivel de deterioro cognitivo. La causa de estos es el envejecimiento prematuro de las personas que tienen síndrome de Down. La realidad es que el 90% de las personas con síndrome de Down con más de 60 años desarrollan alzhéimer, y, en torno a los 40 años, el 35% ya muestran síntomas.

CITA Alzheimer recomiendan diagnosticar al alzhéimer en fases sintomáticas y añaden que requiere de “una evaluación neurológica y neuropsicológica adaptada y de disponer del acceso a los biomarcadores diagnósticos de la enfermedad de Alzheimer”. Existen, además, algunos condicionantes médicos que se asocian a la enfermedad de Alzheimer en síndrome de Down como la epilepsia o el síndrome de apneas del sueño, que pueden agravar su impacto cognitivo y funcional, pero que son potencialmente tratables y parcialmente modificables. Por lo que la fundación privada añade que la investigación en personas con síndrome de Down es necesaria, pues no hacerlo sería discriminar a este colectivo.

La Fundación Asindown, creada en 1994 con el objetivo de conseguir el desarrollo integral y la plana inclusión de las personas con síndrome de Down y discapacidad intelectual, quiere dar voz, con motivo del Día Mundial del Síndrome de Down –el pasado 21 de marzo-, a la estrecha relación entre esta enfermedad y el alzhéimer con el fin de que se incluyan en los estudios de detección precoz, primordial para frenar la enfermedad de Alzheimer.